Ballet Nacional de España, Ballet Flamenco de Andalucía, Nuevo Ballet Español, Cristina Hoyos, Belén Maya, Juan Ramirez, Alejandro Granados, Mary Paz Lucena, Domingo Ortega, Miguel Ángel Espino, Fundación Antonio Gades...
Elencos y artistas de elite que exigen calidad. Sus pies son parte fundamental de su arte. Ofrecerles la mejor herramienta es la razón de ser de Calzados Arte FyL.
En la tienda, finos zapatos de ante y piel en colores llamativos: rosa, amarillo, morado... están expuestos en escaparate y vitrinas a modo de joyas. En realidad lo son. Pronto, ese primer impacto visual se enriquece por dos poderosas percepciones: el olor a piel y pegamento, por un lado, y un desconcertante martilleo, por otro. No hay duda, debajo de la tienda se encuentra el taller, el espacio donde se oficia la ceremonia de un trabajo que tiene mucho arte.
"¡Por fin unas botas que me sientan bien a la primera!", exclamó Juan Ramírez cuando se probó. Y es que no todo vale. El calzado de baile flamenco que utilizan los profesionales exige unas características de calidad muy especiales: dureza, flexibilidad, comodidad, sonido, estética, etc. Su elaboración sigue un proceso largo y complejo cuyo secreto se encuentra en las expertas manos de nuestro maestro zapatero, que con más de cuarenta años de oficio, es el responsable de calidad de Calzados Arte FyL: "Primero se corta la piel, después viene el proceso de guarnecido y a continuación se prepara para el montaje y se monta en horma. Después se pega la suela y, además, se cose; se pone el filis y luego el tacón. Con esto tenemos el zapato o la bota listos para ponerles los chinches (clavos) y, a continuación, sigue el proceso de terminado. Todo va hecho a mano. Sólo utilizamos máquinas para mejorar el acabado. El resto es proceso artesano manual, que es lo que nos da la garantía".
Las manos del maestro transmiten una armoniosa sensación mezcla de fuerza, habilidad y delicadeza. Son la herencia de un oficio ancestral. Junto a el, otra pieza imprescindible en el proceso: el terminador. De él dependen tareas como la organizacion del taller, la preparación del material o el pintado a mano. Y también es el responsable de ese soniquete de fondo. Una percusión, sin estructura rítmica aparente en los primeros minutos, que proviene de la incrustación de clavos en punta y tacón de las suelas: "Los artistas no quieren zapatos o botas ˝sordos˝; quieren que el calzado suene, y en ello influye, entre otras cosas, la forma en que vayan puestos los chinches", comenta José, terminador de Calzados Arte FyL. Observándole podemos comprobar que esa estructura rítmica no es aleatoria. El claveteado también sigue su propio compás.
Y así, entre la visión de hormas y bobinas de hilo de coser, entre el sonido del afilado del bisturí para el corte de las pieles y la cadencia del martilleo, y entre el atractivo y añejo olor a guarnicionería, la materia prima –en principo desordenada– se va transformando, se va moldeando, se va acoplando… Tras todo ese proceso –que puede llevar entre tres y cuatro días– aquellas pieles, aquellas suelas, los tacones, plantillas, hebillas, hilos, topes, contrafuertes, tapas y fillis terminan por adquirir carta de naturaleza nueva: un calzado hecho con ciencia y a conciencia. Así trabajan en Calzados Arte FyL.
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